Salvo los últimos dos años, que
han sido los más flojos por la muerte de mi padre, porque he cortado la
relación con mi pareja o porque me han dicho que la lengua catalana es una
lengua afrancesada y por la lejanía de tener a mi hermano en tierras navarras.
Excepto estas cosillas; la verdad es que disfruto mucho en este centro social,
hay buen ambiente y buen compañerismo. Aunque la relación con algún monitor en
algún momento pasado, no haya sido del
todo buena, no guardo rencor alguno.
Me he adaptado muy bien a las actividades
en las que suelo participar con los
demás compañeros. Entre ellas citaremos las siguientes: deportivas como
gimnasia de mantenimiento, futbol-sala, minibasket y otras, culturales como
lectura y comentarios de cuentos, dibujo y pintura y salidas por la ciudad,
para ver actos culturales. El viernes estuvimos viendo un acto de música-danza
en la Plaza de las Pasiegas. Para no perder detalle de la puesta en escena nos
situamos en primera fila. El espectáculo
corrió a cargo de un grupo de expresión corporal formado por mujeres que lo
hicieron muy bien. A mí se me caían las lágrimas de contemplar este gran
espectáculo, pero al mismo tiempo me enorgullecí de poder disfrutar este
momento.
Como muestra de colaboración con el centro a veces saco la basura y la deposito en sus contenedores correspondientes, la de residuos plásticos en el amarillo, la orgánica con la orgánica, el vidrio en el contenedor verde, el papel y cartón al azul y las pilas en contenedor para pilas, toda una muestra ecológica y de respeto al medio ambiente. También hacemos talleres de costura y cocina impartidos por una monitora que es un sol de persona. Ahora estamos aprendiendo a preparar recetas sencillas de nuestra rica y variada gastronomía andaluza y española. Se hacen cosas muy interesantes y platos muy suculentos que luego compartimos.
Algunas tardes me llego a la
panadería que tenemos junto a Canasteros y practico las habilidades sociales
con la panadera, que es muy simpática y trabajadora y además le echo una mano a
sacar las cajas vacías. Ella me trata con mucho cariño y yo con mucho respeto.
Me gustaría también hablar del
restaurante Casa Braulio, donde muchos de los usuarios de Canasteros vamos a
comer. Se sitúa en la calle Martínez de la Rosa, entre Plaza gran Capitán y la
Plaza Albert Einstein. Es un restaurante con fachada moderna, pero por dentro
tiene sabor señorial y clásico, donde todo el que va allí se siente relajado y a gusto.
El personal es muy selecto y
amable, aparte de atento y cariñoso. A la cabeza está mi amigo Braulio Ruíz
Gómez que es una gran persona y un gran profesional. Sirve unos platos
exquisitos cuya comida es baja en calorías y muy saludable.
Suelo ir andando tanto si estoy
en la URSM como en el Centro Social Canasteros. De esta manera me ayuda a
movilizarme, orientarme por las calles de Granada y por tanto perder peso.
JMML
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