Cuando vine por primera vez a la
URA venía un poco asustada, venia con mis padres, pero poco a poco me he ido
adaptando y he ido reconociendo mi enfermedad gracias al apoyo y cariño de los
monitores y de las actividades que aquí se desarrollan.
Antes me encontraba encerrada en
mi habitación, me ponía agresiva con mis padres y hermanos. Tenía miedo a la
enfermedad. Ahora me he dado cuenta de que para salir de la enfermedad hay que
salir más a la calle, relacionarme con otras personas, participar y sentirme
útil. Eso es precisamente lo que ha hecho que mi vida empiece a cobrar sentido,
que le de valor a las cosas no por lo que valen sino por lo que significan.
A.B.P.U
No hay comentarios:
Publicar un comentario