Bienvenidos al blog de la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental de Granada

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jueves, 5 de julio de 2018

Amaneciendo

Resultado de imagen de aLMUÑECAR moNTAÑAMe desperté, y un silencio que no reconocía inundaba, mi habitación. Bueno, en realidad era la habitación en la que dormía, con mi gatita Manuela, en el " el cortijo", que es como llamábamos a la casa de mis abuelos Antonio y Victoria, y en la que pasaba las vacaciones de primavera, mientras mis padres trabajaban.

Manuela se había marchado ya, y poco a poco el silencio se convirtió en el sonido de un gorjeo de pajarillos que anunciaban el amanecer.

¡ Ahora lo entendía todo !: me había despertado más temprano de lo normal, serían las seis y cuarto de la mañana. Mis abuelos, como buenos campesinos, se levantaban todos los días antes de que el sol hiciera su aparición por el horizonte, a la hora en que mi gatita daba su refrescante paseo matutino.
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No teníamos sueño, así que me levanté, salí de la habitación, atravesé el comedor y llegué a la portada del cortijo: mi abuelo sentado en el poyete y mi abuela sentada en una silla de anea, el olor mezclado entre flores y mar, las montañas recortando el paisaje hasta el acantilado, el cielo entre luces, y de pronto, un pedacito de sol que, a modo de redondeada porción de queso, asomaba entre dos montes.

Resultado de imagen de lA RIJANAFue cuestión de minutos, y la cálida compañía de mis abuelos, amenizó y dio su trascendente significado el increíble espectáculo que estaba a punto de contemplar, era la primera vez que veía, olía y sentía un verdadero amanecer, con el sol asomando entre las montañas, el olor a mar, el gorjeo de los pájaros, el frescor en la piel y un despampanante sol, amarillo y redondo, que poco a poco nació de detrás de las montañas, como pidiendo permiso, o tal vez, otorgándolo, al inicio de un nuevo día.
Ese fue a mis ocho años de edad y hasta los cuarenta que puedo contar, el mejor amanecer de mi vida.

P. P.

1º premio
1º Certamen de Microrelatos  Centro Social Canasteros.
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