Hay una literatura muy aleccionadora, muy inspiradora, y sobre todo una metáfora, muy
real, con la que se identifican muchos seres humanos, como son las crónicas, en primera
persona, de vivencias con una presencia de sufrimiento casi inenarrable. Debe haber
muchos más memorias similares, lo desconozco, pero en mi camino se han cruzado tres
testigos, a cual más lúcido y, espero que paradójica, y no perversamente, estimulantes: “El
hombre en busca de sentido”, del psiquiatra VíKtor Frankl ; “Trilogía de Auschwitz” de
Primo Levi ( estos dos primeros, tanto el de VíKtor Frankl , como el de Primo Levi, sobre su
paso por los campos de concentración nazis); y por último, “Archipiélago Gulag” de
Alexander Solzhenitsyn, sobre las deportaciones y crímenes bajo el régimen de la Rusia
estalinista. Así pues, hay para todos los gustos: yo los he traído a colación, como tres
lecturas que vivamente recomiendo, por su intensidad, por la lucha de sus protagonistas
por hacer comprensible lo que parece no tener sentido alguno, etc. Pero, aunque los tres
sean tres libros maravillosos sobre la vida y el sufrimiento, el poder y la locura, el más
directamente relacionado con la enfermedad mental tal vez sea, “El hombre en busca de
sentido” de Viktor Frankl. El libro tiene dos partes: por un lado, sus memorias sobre su
paso por los campos de concentración, relatados muy vivamente, con una gran conclusión
práctica o pragmática: en esas situaciones extremas es imposible saber qué decisiones te
llevan a sobrevivir y cuales te llevan a morir.
También muestran los luces y sombras que
acompañan al ser humano y que, en esas circunstancias de estado de excepción, resaltan
con más fuerza: reos que conquistan un poco más de calidad vital machacando a otros
reos; insensibilidad ante el sufrimiento como mecanismo de defensa para aguantar un día
más, etc. La segunda parte del libro de Viktor Frankl, es una muestra de un modelo de
psicoterapia, apoyado en lo que fue en su vida el paso por los campos de concentración,
que él llama “logoterapia”, y cuya idea central no es otra que darle toda la importanciaque merece a la cuestión del sentido en la vida. Y digo sentido en la vida y no, de la vida,
porque ,Viktor Frankl, insiste en que no se trata de dar un sentido absoluto y universal a la
vida de todos los hombres en todas las épocas, si no, un sentido que debe encontrar cada
cual en la vida.
Y creo que eso es algo muy importante para nosotros en nuestra condición
motivación, y aquí Víktor Frankl resulta difícil y estimulante, encontrar un sentido no solo
dentro de uno mismo, que también, si no un sentido que está ahí fuera esperándote y con
el que has de encontrarte. En fin, espero que si tenéis ocasión os encontréis con cualquiera
de estos tres libros porque son, francamente, muy aleccionadores y maravillosamente
humanos. Nos vemos en la URA y ¡!feliz verano!!!
M.A. G. C